21 de diciembre de 2010

Y cada noche antes de dormir pensar "He hecho lo mejor que he podido"

5 de noviembre de 2010

Y en el asiento de enfrente...


...un rostro claro de repente, ilumina el vagón...

Esos gestos traen recuerdos de otros paisajes, otros tiempos, en los que una suerte mejor me conoció. No me atrevo a decir nada, no estoy seguro, aunque esos ojos sin duda son los suyos, más cargados de nostalgia, quizás más oscuros. Pero creo que eres tú y estás casi igual, tan hermosa como entonces, quizás más. Sigues pareciendo la chica más triste de la ciudad. Ahora que te encuentro, veo que aún arde la llama que encendiste. Nunca, nunca es tarde para nacer de nuevo, para amarte. Debo decirte algo antes de que te bajes de este sucio vagón y quede muerto, mirarte a los ojos, y tal vez recordarte, que antes de rendirnos fuimos eternos.

Me levanto decidido y me acerco a ti, y algo en mi pecho se tensa, se rompe.
-¿Cómo estás? Cuánto tiempo, ¿te acuerdas de mí?

-"Perdone, pero creo que se ha equivocado"-responde una sonrisa tímida

-"Disculpe, señorita, me recuerda tanto a una mujer que conocí hace ya algunos años".

Más viejo y más cansado vuelvo a mi asiento, aburrido vigilo las caras de los viajeros, compañeros en la rutina y en los bostezos.

19 de septiembre de 2010

Lo único que me queda...

...son los numeros rojos de los sueños que no me robaste por tu cuenta, y que por mi cuenta todavía no he perdido. Traquila, procuro dejarte a salvo de todas mis autocomplacencias. No sabrás lo mal que lo paso, las cosas que pienso, las cosas que hago. Tranquila, que seguiré sonriendo implacable en cada cita, seguiré, qué remedio, respondiendo cada correspondencia. Aunque te siga de cerca los pasos y te siga recordando en todas las noches que se parezcan a esta.

11 de septiembre de 2010

Eres tan bonita que no te lo van a perdonar...


"Te voy a querer como en las canciones de los Camela. Dejaré de beber y de serte infiel con la Luna, la Luna lunera..."

26 de junio de 2010

Siempre quise ir a L.A.

Dejar un día esta ciudad, cruzar el mar en tu compañía. Pero ya hace tiempo que me has dejado, y probablemente me habrás olvidado. No sé que aventuras correré sin ti.

Y ahora estoy aquí sentado en un viejo Cadillac de segunda mano, junto al Mervellé, a mis pies mi ciudad. Y hace un momento que me ha dejado, aquí en la ladera del Tibidabo, la última rubia que vino a probar el asiento de atrás.

16 de junio de 2010

Co-razones

"yo la quiero por muchas más razones que vosotros"

Carlos Salem


No hace falta que me digáis eso de que perdéis la cabeza
por eso de que sus caderas...

Ya sé de sobra que tiene esa sonrisa
y esas maneras
y todo el remolino que forma en cada paso de gesto que da.

Pero además la he visto seria ser ella misma
y en serio que eso no se puede escribir en un poema.

Por eso, eso que me cuentas de que mírala cómo bebe las cervezas
y cómo se revuelve sobre las baldosas
y qué fácil parece a veces enamorarse.

Todo eso de que ella puede llegar a ser ese puto único motivo
de seguir vivo y a la mierda con la autodestrucción...

Todo eso de que los besos de ciertas bocas saben mejor es un cuento que
me sé desde el día que me dio dos besos y me dijo su nombre.

Pero no sabes lo que es caer desde un precipicio y que ella aparezca de
golpe y de frente
para decirte, venga, hazte un peta y me lo cuentas.

No sabes lo que es despertarte y que ella se retuerza y bostece,
luego te abrace,
y luego no sepas cómo deshacerte de todo el mundo.

Así que supondrás que yo soy el primero que entiende
el que pierdas la cabeza por sus piernas
y el sentido por sus palabras
y los huevos por un mínimo roce de mejilla.

Que las suspicacias,
los disimulos cuando su culo pasa,
las incomodidades de orgullo que pueda provocarte
son algo con lo que ya cuento.

Quiero decir que a mí de versos no me tienes que decir nada,
que hace tiempo que escribo los míos.

Que yo también la veo.
Que cuando ella cruza por debajo del cielo solo el tonto mira al cielo.

Que sé como agacha la cabeza, levanta la mirada y se muerde el labio
superior.

Que conozco su voz en formato susurro
y formato gemido
y en formato secreto.

Que me sé sus cicatrices
y el sitio que la tienes que tocar en el este de su pie izquierdo para
conseguir que se ría,
y me sé lo de sus rodillas
y la forma de rozar las cuerdas de una guitarra.

Que yo también he memorizado su número de teléfono
pero también el número de sus escalones
y el número de veces que afina las cuerdas antes de ahorcarse por
bulerías.

Que no solo conozco su última pesadilla,
también las mil anteriores,
y yo sí que no tengo cojones a decirla que no a nada
porque tengo más deudas con su espalda
de las que nadie tendrá jamás con la luna (y mira que hay tontos
enamorados en este mundo).

Que sé la cara que pone cuando se deja ser completamente ella,
rendida a ese puto milagro que supone que exista.

Que la he visto volar por encima de poetas que valían mucho más que
estos dedos,
y la he visto formar un charco de arena rompiendo todos los relojes que la
puso el camino,
y la he visto hacerle competencia a cualquier amanecer por la ventana: no
me hablen de paisajes si no han visto su cuerpo.

Que lo de "mira sí, un polvo es un polvo",
y eso del tesoro pintado de rojo sobre sus uñas
y solo los sueños pueden posarse sobre las cinco letras de su nombre.

Que te entiendo.
Que yo escribo sobre lo mismo.
Sobre la misma.

Que razones tenemos todos.


Pero yo
muchas más que vosotros.

[E.A]

13 de junio de 2010

Miedo


Me da miedo el vacío que

queda entre dos personas

que se han querido cuando ya no se quieren.

Las despedidas.

Y sobretodo...

sobretodo los "para siempre".

11 de mayo de 2010

Tengo miedo

La tarde es gris y la tristeza del cielo se abre como una boca de muerto. Tiene mi corazón un llanto de princesa olvidada en el fondo de un palacio desierto. Tengo miedo. Y me siento tan cansado y pequeño que reflejo la tarde sin meditar en ella (en mi cabeza enferma no ha de caber un sueño, así como en el cielo no ha cabido una estrella). Sin embargo en mis ojos una pregunta existe y hay un grito en mi boca, que mi boca no grita. No hay oído en la tierra que oiga mi queja triste, abandonada en medio de la tierra infinita. Se muere el universo de una calma agonía sin la fiesta del sol.
El crepúsculo verde, agoniza saturno como una pena mía, la tierra es una fruta negra que el cielo muerde. Y por la vastedad del vacío van a ciegas las nubes de la tarde, como barcas perdidas que escondieran estrellas rotas en sus bodegas.

Y la muerte del mundo cae sobre mi vida...

5 de mayo de 2010

Cuando el tiempo pasa

Me gusta estar solo, por lo menos creo que es mejor así. Siempre lo he creido, pero conocí a alguien. Ella me cambió. Y luego me dejó. Estamos mejor solos, sufrimos solos, morimos solos. No importa si tu eres un marido ideal o el padre del año. El mañana será lo mismo para ti, pero el ayer será diferente...



"Siempre quedo en llamarte, que será de tu vida
Lo voy dejando y se me olvida.
Siempre encuentro una excusa para no molestarte,
Para no preguntarte, qué tal estás
Y contarte cómo me fue, que tú me cuentes qué tal te va
Y hablar de todo un poco y de algo más
Que no me atreví a preguntar y sólo tu podías contestar
Antes de que dieras media vuelta y no verte más..."

12 de abril de 2010

Codependiente

Un codependiente es un individuo que padece una enfermedad similar a cualquier adicción, diferenciada sólo por el hecho de que su droga es un determinado tipo de personas o una persona en particular.

Exactamente igual que cualquier otro síndrome adictivo, el codependiente es portador de una personalidad proclive a las adicciones y puede, llegado el caso, realizar actos casi irracionales para proveerse la droga. Y como sucede con la mayoría de las adicciones, si se viera bruscamente privado de ella podría caer en un cuadro, a veces gravísimo, de abstinencia.
La codependencia es el grado superlativo de la dependencia enfermiza. La adicción queda escondida detrás de la valoración amorosa y la conducta dependiente se incrusta en la personalidad como la idea "No puedo vivir sin ti".




Me quieres, pero aún no lo sabes

30 de marzo de 2010

Chica misteriosa

Sin ti soy como un perro abandonado en el arcen de la autovía.
Soy de los que hacen regalos, aunque no se cuando es tu cumpleaños.
Podemos pasar días perfectos saliendo de compras y cocinando juntos.
Juro que jamás haré chistes cuando roces la rueda contra la acera mientras aparcas el coche.
Si aceptas vivir conmigo limpiaré el water todas las semanas, lo haré con la lengua si me lo pides.
Borraré las palabras “tetona” y “cohete del amor” de mi vocabulario.
Te idolatraré aunque te llames Mimí y quieras que lo pronuncie “mei-mei”.
Solo me tiraré pedos debajo de la manta y solo en las situaciones más apuradas.
Iniciaré una dieta de bajo colesterol.
No me compraré un descapotable rojo cuando me llegue la crisis de los 40.
Tus padres podrán venir a visitarnos todas las semanas, incluso si tu madres es una bruja con B mayúscula. Y no tendrán que ir a una residencia, porque convivirán con nosotros.
Confieso que separaré la blanca de la de color.
Aprenderé los misterios de la colada con agua fría, y agua caliente.
Nunca resoplaré mientras espero a que acabes de maquillarte.
Si te gustan los gatos jamás diré que un perro te salvaría de morir ahogada, pero que un gato no.
Iré gustosamente a ver películas de chicas contigo como “orgullo y prejuicio”.
Juro que me esforzaré en probar platos nuevos como el gambo de pollo.
No arrugaré la nariz ante la verdura cuyo sabor hayas disimulado a base de queso rayado.
Prometo que siempre diré que si cuando preguntes si tu peinado te queda bien.
Le daré un sentido nuevo a eso de acaramelarse.
Seré tan considerado que leeré tu horóscopo a diario.
Guardaré todas las felicitaciones que me envíes y te escribiré cartas de verdad cuando esté de viaje.
Nunca esperaré que sepas donde dejé las llaves de coche y jamás dejaré los calcetines en el suelo.
Conmigo encontrarás el tubo de la pasta de dientes siempre tapado.
Empezaré a llevar esos mini-tangas si tú quieres.
Mi ombligo estará siempre limpio de pelusillas.
Quiero besar a fondo tu clítoris, será la experiencia íntima más apasionada que jamás hayas tenido.

Declaro aquí mismo que daría la vida por ti, y si no vienes a mi encuentro sé que una parte de mi morirá sin remedio...

12 de marzo de 2010

Vete

El amor es algo bello que estropeas sin darte cuenta...
Te di mi vida entera, mis besos, y ahora te alejas.
¿Qué quieres de mí, qué quieres que yo haga más por ti?
Todo el amor que yo tenía te lo di. Qué quieres de mí..

Vete, me has hecho daño. Vete, estás vacía. Vete, lejos de aquí.
Vete, con tus mentiras. Vete, me has hecho daño. Vete, lejos de aquí.

Recuerdo aquellos días en que tú por mí vivías. Destruiste ese amor que te dí con ilusión. Confiaba en ti, yo pensaba que era todo para ti.

Y ahora te alejas sin decirme un adios...
¿Qué quieres de mí? Qué quieres de mí...

26 de enero de 2010

Mi voz

Y esta voz es más menos como yo, no se asoma mucho al aire para no auyentar al Sol. Y pienso yo en la voz de aquel tenor, la miraba y de oro era. Pues la mía es de madera, la que flota en el cajón de las cuatro notas guarras y el corazón.
No puedo cantar más fuerte. Por la ausencia brillan mis agudos, son felpudos donde se limpian las botas tus recuerdos que me azotan.
Pues mi voz, cuando me canta al oido, yo la echo enfurecido, pues araña los latidos de mi arteria más macarra,la que mis huevos amarra y me impulsa a cagarme en tó...esta voz...

18 de enero de 2010

La mayor parte de las canciones de amor están llenas de mentiras...

...no todas, yo trato de ser honesto. Pero por lo general se suele decir lo que ella quiere escuchar para seducirla o yo qué sé... claro, que ella no siempre está por la labor de creérselas... eso es lo chungo, claro. Pero quién no ha mentido alguna vez. ¿verdad? Muchas despedidas están llenas de promesas vanas, yo estoy seguro de que en algunas de ellas vosotros habeis mentido.. que sí, no pasa nada estamos entre amigos, buen rollo. Quien no haya mentido, quien esté libre de culpa, que tire la primera piedra, pero que no tire a dar. Sí porque las despedidas tienen un protocolo que hace necesario mentir para no sentirse culpable o responsable del fracaso que supone que el amor se acabe. ¿Sabeís qué es lo peor del amor cuando se acaba?, que se acaba.
Y aún así nosotros intentamos eludir la culpa y mentimos. Y seguimos mintiendo y somos capaces de ir más allá y decimos "no te preocupes, joe si yo estaré bien", "yo lo que siempre he querido es que tú seas feliz, además el tío con el que te vas, es un tío de puta madre".
Y bueno, tú y yo sabemos que no es cierto... es un pringao, jode macho y no van a durar ni dos meses, y más con el carácter que tiene ella. Pero aún así decimos que es un tío que te cagas... o un buen hombre que también jode lo suyo porque no se sabe lo que estás diciendo... ¿buen hombre? ahí hay rintintín ¿verdad?... No digais nunca de mi que soy un buen hombre por favor, decid que soy un troncazo, enrollao, un pringui de la vida... un buen hombre no.
Y nos estaremos preguntando si la llevará a los mismos sitios a los que te llevaba a tí, si se dirán las mismas mentiras, si se enfadarán por las mismas cosas y lo que es peor, si se reconciliarán de las misma forma. Y te debanas los sesos preguntándonos qué ocurrirá y que pasará y en fin... Pero ya está bien si ella se va, cultivemos el odio, declaremos la guerra, porque, no sé, quizá nos sintamos mejor, aunque yo creo que no, yo creo que como todas las canciones de amor está también está llena de mentiras. Cuando decimos si ella se va, lo que queremos decir es que si te vas, que no sea muy lejos ni por mucho tiempo.




Si ella se va no la perdones.
Si te deja cultiva bien tu odio.
Nunca seas generoso en olvido, si ella se va.
Si te deja no digas adiós
o 'Qué vamos a hacerle', no pidas perdón.
No repases vuestras fotos
y, mirándole a los ojos,
regálale eterno tu odio.

Si ella se va no trates nunca de entenderla.
Maldice sus pasos.
Nunca creas sus despedidas, sus promesas, su explicación.
Y provoca llanto y dolor,
que queme su conciencia como el sol,
que el adiós le corte como una cuchilla.
No te confundas ella, es la asesina.

Porque cuando ella se va
alguien la esperará en la esquina.
En otros brazos reirá con otras mentiras,
dirá 'Te amo, cuanto tiempo te he estado esperando'.
Y te olvidará, todo habrá muerto,
y aquel otoño nunca habrá sido vuestro.
Para qué mentir, que ella se lleve,
aunque dure poco, tu odio para siempre

16 de enero de 2010

Ella no está aquí

Ella no está aquí, la verdad es que hace tiempo que se fue. No sé exactamente cuanto pero hace mucho, o al menos eso me lo parece a mí.
La echo de menos, no solo los momentos que pasábamos juntos si no a ella, su presencia...
Aunque no nos vieramos a menudo era lo mismo porque yo sabía que cuando la necesitaba solo tenía que conectarme o llamarla y ella aparecería para ayudarme. Pero ahora no puedo hacer eso porque está muy lejos, allí rodeada de chicos guapos y buenos amigos.

Echo de menos ir al parque, comprar batidos, perder el bus, cogerlo en el último momento, sacar fotos, tirarnos en la hierba, reírnos, mancharnos, comer gominolas, desahogarnos, llegar tarde, llegar temprano, esperar, abrazarte, que me abraces, abrir los brazos y cerrarlos en el último momento, darte un beso, que me lo des, que me llames enanito, que te llame cuchifrita, quejarme, que te quejes, ponerte la cam y hacer el tonto, que me la pongas, decirte cosas sin sentido por el msn, que me mandes a dormir, leer lo que escribes...

La verdad es que echo de menos el simple echo de no verte conectada, de que sean las tres y me digas “me acabo de levantar”, de que sean las 4:30 y me digas “¿¿aun no te has duchado??”


Te diría que te echo de menos una vez más pero creo que quedó claro, aun así lo repetiré.
Te echo de menos, pero no quiero que vuelvas.