26 de junio de 2010

Siempre quise ir a L.A.

Dejar un día esta ciudad, cruzar el mar en tu compañía. Pero ya hace tiempo que me has dejado, y probablemente me habrás olvidado. No sé que aventuras correré sin ti.

Y ahora estoy aquí sentado en un viejo Cadillac de segunda mano, junto al Mervellé, a mis pies mi ciudad. Y hace un momento que me ha dejado, aquí en la ladera del Tibidabo, la última rubia que vino a probar el asiento de atrás.

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